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DEBATES ZEN

Cuando algo no tiene sentido, la gente dice que “Suena a debate Zen” (Zen mondo). Y en verdad los debates Zen tienen ese aspecto. Por ejemplo, cuando un monje en formación preguntó a Yunmen (Unmon en japonés, monje de la Dinastía Tang que fundó la Escuela Unmon de Zen) “¿Qué es Buda?”.

Yunmen respondió “Un pedazo de papel de baño usado”.

Buda es aquello a quienes los monjes en formación oran constantemente, y es la meta que tratan incansablemente de alcanzar. Es por esto que en los debates se pregunta con frecuencia “Qué es Buda?”. Los maestros desde tiempos remotos han dado muchas y diferentes respuestas a esta pregunta con el fin de guiar a sus estudiantes monjes.

Sin embargo, la respuesta de Yunmen fue extrema. “Kanshi ketsu” quiere decir “penca para limpiarse”, y es una expresión muy obscena. De hecho, uno podría molestarse y decir “Qué piensa él que es el Buda?” pero esto sería una visión muy superficial. El verdadero significado de estos debates es muy profundo, aunque las palabras en sí no parezcan tener mucho sentido.

En el Siglo IX, durante la Dinastía Tang, existió un excelente maestro Zen llamado Zhaozhou (Joshu en japonés). Un día, un monje de nombre Yanyang (Gon’yo en japonés) le preguntó: “He venido sin nada.¿ Qué debo hacer?”.

Zhaozhou le respondió: “Deshazte de él”. Esto, en apariencia, no es una respuesta. Entonces Yanyang preguntó, como haciendo una contrainterrogación: “Dije que he venido sin nada, ¿de qué quieres que me deshaga? “.

Zhaozhou dijo, sin demora, “Entonces apresúrate y llévatelo". Esta respuesta resultó aún más extraña que la anterior. Los debates Zen son extraños, tanto así que cierto narrador hizo una comedia de uno de ellos.

Un día un monje en peregrinación llegó al frente de un templo en una montaña y gritó “¡Hola! ¿Se encuentra el Abad Principal? Quiero sostener un debate con él”. Un sacerdote novicio salió del templo y gritó aún más fuerte “Sostengamos nosotros primero un debate, y si me ganas llamaré al Abad Principal “.

“Tú, insignificante e imprudente…de acuerdo”, y el monje viajero extendió su mano derecha e hizo un círculo con sus dedos índice y pulgar.

El joven inmediatamente hizo un círculo con sus dos brazos.

El monje viajero levantó uno de sus índices.

El joven respondió levantando cinco dedos.

El monje peregrino levantó tres dedos los cuales el joven contó, poniendo mala cara. Entonces el peregrino salió corriendo, como si le hubiesen derrotado.

El Abad Principal había visto la sesión de preguntas y respuestas a través de una ranura en la puerta, y estaba sorprendido. Estaba sorprendido porque había interpretado el diálogo de la forma siguiente. El círculo hecho por el monje viajero significaba “¿Qué es tu mente?”.

El joven entonces había hecho un gran círculo, queriendo decir que “Es como un océano”, lo cual había sido una espléndida respuesta. Con su dedo levantado el peregrino preguntaba “¿Qué tal tu cuerpo?”. En respuesta el joven monje había levantado cinco dedos, representando los cinco preceptos budistas: no matar, no robar, no cometer adulterio, no mentir y no tomar bebidas alcohólicas. Esta también había sido una respuesta adecuada. Los tres dedos levantados del peregrino representaban los tres grandes mundos que forman todo el universo, y con la mala cara el joven decía “Está bajo mis ojos”.

El Abad Principal, habiendo interpretado el debate de esta forma, pensó “Qué extraño. El joven no puede tener tanta habilidad, ¿o sí?”. Entonces llamó al joven monje y le preguntó “¿Qué estabas haciendo allí?”.

“Aparentemente el monje viajero se enteró de que soy hijo de un vendedor de mochi (pasteles de arroz)”.

“¿Por qué lo dices?”.

“Porque hizo un pequeño círculo diciendo que los pasteles de arroz de mi padre son pequeños”. Por eso yo hice un círculo grande, para mostrarle que los pasteles son grandes. Entonces él preguntó el precio de un pastel, y yo le dije que el precio es de cinco centavos. Entonces él quería que redujese el precio a tres centavos, y le puse mala cara. Pienso que no tenía dinero y por eso salió corriendo”.

El Abad Principal estalló de risa. Esta conversación es contraria a la conversación anterior. Aunque la forma es la misma, el contenido es incoherente.

Ahora, volviendo a la historia original, Yanyang dijo “No tengo nada”. En otras palabras, “He alcanzado “satori” (iluminación), ausencia de ego y de mente”. Cuando tienes una cosa en tu mente, llevas una carga pesada sobre la espalda. Y Yanyang estaba llevando una pesada carga que llamaba “tener nada”.

Cuando se está en verdad sano, uno se olvida de su bena salud. Un bebedor puede decir “Ya he tomado suficiente, ya he tomado suficiente”, pero mientras sostenga el vaso en su mano no ha tomado lo suficiente. Si hubiese tomado lo suficiente, habría dejado el vaso.

Es por esto que Zhaozhou dijo a Yanyang “Deshazte de él” y le instó a bajarse del tope del poste de bambú para alcanzar la iluminación verdadera, pero Yanyang no entendió esto. El replicó “Si he dicho que no tengo nada, cómo es que puedo deshacerme de algo?”. Aquí se manifestó el orgullo que sentía al “no tener nada”, razón por la cual Zhaozhou dijo “Entonces tíralo.”

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